Carlos Rafael Riquelme Benítez
Docente de la Carrera de Administración de Empresas

Chap Kau Kwan Chung
Docente de la Carrera de Administración de Empresas

Las innovaciones introducidas como parte de los procesos de modernización indudablemente conllevan numerosos beneficios, pero al mismo tiempo plantean nuevos desafíos e incluso problemáticas que requieren atención. En la era moderna, la gestión de la fatiga digital se ha vuelto fundamental y crítica, dado que la tecnología se ha integrado plenamente en nuestras vidas. Esta fatiga, originada por el uso excesivo de dispositivos digitales como computadoras, teléfonos y tabletas, puede ejercer un impacto significativo en la salud mental y el bienestar del individuo involucrado.

La fatiga digital no solo influye en la salud individual, sino también en el rendimiento laboral y la interacción social. Entre las consecuencias adversas para la salud y el rendimiento del individuo lo encontramos en:

• Fatiga visual: tiempo prolongado de exposición a pantallas digitales trayendo como consecuencia como irritación y sequedad ocular.
• Dolor de cabeza: la utilización constante y prolongada de dispositivos digitales puede ser un factor que contribuye a la aparición de dolores de cabeza tensionales.
• Dificultades para la concentración: vinculación a la pérdida de concentración y  dificultad para mantener la atención en tareas específica dentro del entorno laboral.
• Disminución de la productividad: disminución de la eficiencia y la productividad en el ámbito laboral o en las actividades diarias.
• Impacto en la salud mental: aparición de estrés, ansiedad, depresión, síndrome de Burnout y otros problemas de salud mental.
• Aparición de sedentarismo: a menudo conlleva a períodos sedentarios, lo que podría tener implicaciones para la salud física como: problemas musculoesqueléticos, problemas de postura, aumento del riesgo de enfermedades cardiovasculares, aumento de peso, problemas metabólicos, etc.
• Desconexión social: disminución de la participación en interacciones presenciales o cara a cara.

Es imperativo que las empresas reconozcan la importancia de implementar estrategias efectivas para abordar la fatiga digital. Algunas estrategias para gestionar la fatiga digital en el entorno laboral son: animar a los colaboradores a realizar pausas activas para descansar la vista y reducir la tensión muscular; implementar programas que promuevan el movimiento físico durante la jornada laboral; proporcionar capacitación a los empleados a gestionar eficazmente su tiempo digital; establecer áreas específicas en la oficina donde se desaliente el uso de dispositivos digitales o una desconexión temporal; promover la conciencia sobre el uso excesivo de dispositivos y sus posibles consecuencias; implementar la flexibilidad horaria de trabajo; incluir diversas modalidades de trabajo como el homeoffice o híbrida; etc.

En consecuencia, la gestión de la fatiga digital emerge como un elemento esencial en la era moderna, donde la omnipresencia de la tecnología redefine las interacciones diarias del individuo. Las consecuencias adversas, desde fatiga visual hasta desconexión social, subrayan la necesidad urgente de estrategias efectivas de gestión de la fatiga digital. En pleno reconocimiento de la significativa relevancia de la fatiga digital, las empresas están llamadas a asumir un papel proactivo en la implementación de estrategias destinadas a cultivar un equilibrio saludable entre la vida digital y personal de sus colaboradores. Este fenómeno, cuyo impacto no se limita únicamente al ámbito de la salud mental individual, se extiende hacia dimensiones cruciales como el rendimiento laboral y las relaciones sociales. La comprensión profunda de estas implicaciones motiva a las organizaciones a adoptar enfoques integrales que no solo aborden la gestión eficiente de la fatiga digital, sino que también fomenten prácticas laborales y culturas organizacionales que prioricen el bienestar y la productividad sostenible. Establecer políticas que respalden la desconexión digital, promover la educación sobre el uso consciente de la tecnología y ofrecer opciones flexibles de trabajo son solo algunas de las estrategias clave que las empresas pueden implementar para construir un entorno laboral más saludable y equilibrado en la era digital.