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Conexión profesional y liderazgo: Workshop inspirador entre egresados de la Escuela de Posgrado y empleadores

Fecha de publicación 13 - 10 - 2025

La Escuela de Posgrado de la Universidad Americana, realizó un Workshop entre empleadores y egresados con gran éxito. Durante la exposición, la psicóloga laboral y coach ontológica profesional, Carolina de Bestard, brindó una charla magistral denominada “Liderarse para liderar”, inspirando a los futuros líderes del mañana. 

En la cita, se dieron espacio los empleadores que dieron a conocer su visión de la oferta laboral actual, con la intención de actualizar la malla curricular en una reunión amena con docentes de maestrías y doctorados. El evento estuvo coordinado por el Dr. Gabriel Pereira, director de Posgrado de la Universidad Americana.

El encuentro se desarrolló en el Hotel Palmaróga y estuvieron presentes referentes y directivos de los programas de Maestrías en Derecho Civil y Procesal Civil, Derecho Penal y Procesal Penal, Gobierno y Gerencia Pública, Salud Pública, Investigación del Hábitat y la Vivienda Sustentable, Gestión Estratégica de Talento Humano, y Maestría y Doctorado en Educación con Énfasis en Docencia Universitaria, fortaleciendo así el vínculo entre la academia y el entorno profesional.

Estrechando lazos duraderos

“Hablar de liderazgo es un placer para mí, porque atraviesa no solo el mundo laboral, sino también nuestra vida. Con más de 25 años de experiencia, he sido empleada, gerente general, emprendedora y representante de una multinacional. Eso me dio una mirada completa: sé lo que espera un colaborador, lo que necesita un líder y lo que busca un empleador”, expresó Carolina de Bestard al inicio del conversatorio.

Comentó que después de la pandemia se formó en liderazgo 10x, lo que transformó muchas de sus creencias. Durante este lapso, aprendió que el liderazgo no se trata solo de resultados, sino de vínculos.

En efecto, las personas no se comprometen con tareas ni con empresas, se comprometen con personas. Por lo tanto, el compromiso es voluntario, nace de la calidad de la relación entre líder y colaborador.

Afirmó que hoy, los mejores talentos se quedan por dos razones: la calidad humana de sus líderes y el sentido de propósito en su trabajo. Y aunque la economía cambie, la naturaleza humana permanece: necesitamos conexión, reconocimiento y valoración.

En este sentido, aseguró que las empresas que sobreviven a las crisis son las que fortalecen sus vínculos internos. De esta forma, el 70% de los empleados se va por su jefe, no por el trabajo, según mencionó. “Por eso, el liderazgo del futuro exige empatía, comunicación, respeto y gestión emocional. Los jefes tóxicos tienen los días contados”, contó.

Gerenciar vs. liderar

La disertante explicó que no es lo mismo que liderar que gerenciar. Indicó que gerenciar implica planificar, organizar, controlar, delegar y rendir cuentas para alcanzar objetivos. “Muchos gerentes son excelentes en lo técnico, pero eso no basta. El liderazgo va más allá: se trata de influir, conectar, inspirar y generar confianza. Es ayudar a las personas a liberar su potencial”, dijo.

Consideró que liderar implica vínculo, empatía, firmeza y humanidad. No es mostrarse distante, sino demostrar que realmente importa la persona, no solo el resultado. “El liderazgo también requiere poner límites, como lo haría un buen padre: con firmeza y cuidado”, apuntó.

“Ser líder no es un curso, es un camino de vida. Es mirarse a uno mismo, reconocer nuestras fallas, aprender de las quejas que recibimos y crecer. Porque el liderazgo se construye en la relación con los demás, en cómo tratamos a cada persona, en cómo los hacemos sentir”, significó.

A su criterio, hoy, más que nunca, necesitamos líderes que se adapten, que se conozcan, que se vinculen. Porque las personas no siguen instrucciones, siguen a personas que las inspiran.

Una cita con la inteligencia emocional

“El verdadero liderazgo comienza cuando me abro a recibir cómo me perciben los demás. Requiere salir del ego y reconocer que, aunque llegar a una posición de liderazgo es un logro, no nos hace superiores. El crecimiento como líder viene del feedback, de escuchar lo que mi equipo necesita de mí”, enfatizó.

Continuó precisando que liderar no es solo influir o dirigir a otros, sino hacer realidad una visión propia y desde ahí inspirar a otros a alcanzar la suya. Es un camino de adentro hacia afuera.

“El éxito no es universal, es personal. Es construir una vida extraordinaria según lo que cada uno define como valioso. No se trata de sobrevivir, sino de vivir con intención. Un líder decide cómo quiere que sea su vida, su equipo, su empresa, su familia, y actúa en consecuencia”, apuntó.

Posteriormente, sostuvo que el liderazgo no se enseña con teoría, se transmite con ejemplo. Las personas siguen lo que ven y sienten, no lo que se les dice. “Por eso, el trabajo empieza en uno mismo. Y aunque nos sintamos en un 10, siempre hay un nivel más alto al que podemos llegar. A veces nos conformamos, nos justificamos, pero el verdadero líder no se detiene”, expuso.

Escalones de la vida

“Solo el 1% de las personas alcanza un liderazgo verdaderamente transformador. ¿Por qué? Porque ser parte de ese grupo implica pagar un precio: el camino del autoconocimiento, la disciplina personal y la apertura al feedback. Muchos quieren ser líderes, pero pocos están dispuestos a mirar hacia adentro y cambiar lo que hace falta”, aseveró.

La experta informó que el liderazgo no es solo técnico —eso es apenas el 20%—, el 80% es psicología humana: entender nuestras emociones, nuestros comportamientos, nuestras creencias.

“Nuestros resultados son una extensión de nosotros mismos. Si mi equipo no funciona como quiero, tengo que mirar qué parte de mí está limitando ese resultado. Cada vez que mi empresa creció, fue porque yo crecí primero. Y cada vez que se estancó, fue porque yo me estancaba”, describió.

Charla motivacional

Manifestó que el poder del 1% más es una filosofía de crecimiento constante: si cada día hacemos solo un poco más —una llamada, una página, un paso extra—, al final del año habremos avanzado un 365%. “El verdadero desarrollo no está en hacer lo que nos gusta, sino en enfrentar lo que nos cuesta. Ahí está el crecimiento”, significó.

Seguidamente, subrayó que fracasar es parte del camino. Hay que entrenarse para equivocarse y aprender, sin castigar el error, sino preguntando: ¿qué aprendiste? “Cuanto más rápido fracasamos, más rápido crecemos”, alegó.

Otro de sus consejos fue rodearse de personas que impulsen. “Somos el promedio de quienes nos rodean. Si queremos ser excelentes, debemos estar cerca de quienes ya lo son. También es clave cuidar nuestra energía física: la disciplina con la comida y el cuerpo refleja nuestra capacidad de controlar otras áreas de la vida. Invertir en educación es esencial. Si no estamos aprendiendo, estamos retrocediendo”, destacó.

En otro orden, adujo que el equilibrio perfecto es un mito: la vida tiene ciclos, momentos donde debemos enfocarnos al 100% en lo que importa, aunque eso implique descuidar otras áreas temporalmente.

“Tomar responsabilidades y meterse presión —como invertir en formación, aunque cueste— nos obliga a crecer. Y los consejos deben venir de quienes ya lograron lo que nosotros queremos”, puntualizó.

Finalmente, aconsejó nunca conformarse con ser bueno si se puede ser excelente. “El liderazgo verdadero exige intención, esfuerzo y decisión constante de ir por más”, concluyó.

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